Cuando
las emociones negativas se ponen de manifiesto nuestro cuerpo, a nivel físico,
se sufre. Ante una enfermedad su desarrollo a nivel físico depende mucho del
estado de ánimo de la persona, en caso de enfermedades como el cáncer o la fibromialgia se ha demostrado que el
aprender a gestionar las emociones y encontrar cierto equilibrio emocional,
hace que la presencia de sentimientos positivos ayude a la recuperación del
paciente.
El psicólogo Robert Ader realizó un estudio
en la Facultad de Medicina y Odontología de Rochester en donde descubrió que el
sistema nervioso es importantísimo para el sistema inmunológico (o de defensa
del cuerpo), ambos se relacionan haciendo que cerebro, emociones y cuerpo, estén
íntimamente comunicados. Así se descubrió
que las emociones negativas como la ira, la depresión, la ansiedad y el estrés
provocan si se padecen, la liberación de hormonas y sustancias llamadas
catecolaminas (epinefrina, norepinefrina, también llamadas adrenalina y
noradrenalina) cortisol, prolactina, endorfinas beta y encefalina, que cuanto
más tiempo se segregan más deterioran el funcionamiento del aparato inmunológico
y entonces el organismo es susceptible de enfermarse más que otro individuo que
no manifiesta emociones negativas.
En otro estudio
se descubrió que estar expuesto a la ansiedad crónica, prolongados períodos de
tristeza y pesimismo, continua tensión, hostilidad, cinismo o desconfianza
conlleva doble riesgo de contraer enfermedades como: asma, artritis, dolores de
cabeza, úlceras pépticas y problemas de corazón.
Pero ¿cómo afectan las emociones a los distintos
órganos? En la Medicina Tradicional China se relacionan las emociones con los
distintos órganos:
El hígado y la vesicula biliar se le relacionan
con emociones como la ira, el enfado, la agresividad, la cólera o la rabia.
El riñón y la vejiga se relaccionan con emociones
como el miedo, la indecisión, el desánimo, la aprensión, la falta de autoestima
o de voluntad.
Intestino delgado y corazón se relacionan con
emociones negativas como la depresión, el llanto, la queja continua, la falta
de imparcialidad.
Bazo y estómago
se relacionan con la preocupación obsesiva o la despreocupación, la irresponsabilidad,
las obsesiones.
Pulmón e intestino grueso se relacionan
directamente con la tristeza, la angustia, la pena, depresión, desinterés,
falta de instinto de supervivencia.
En la imagen de la izquierda se ve qué le ocurre a nuestro organismo cuando nos enfadamos.
Como veis
emociones y órganos van de la mano, lo mismo para emociones positivas como
negativas, pero éstas últimas son muy dañinas, tenerlo en cuenta y no dejéis
que una emoción negativa dañe algo más que vuestro orgullo.
Imagen: Fuente Notimex.
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