La reflexología podal es una
terapia manual calmante del dolor y equilibradora de las funciones del
organismo.
Los bebes y niños son
especialmente receptivos a esta terapia, y su respuesta a los estímulos es casi
inmediata y sorprendente.
Cuando usamos la reflexología con
nuestros hijos para ayudarle a superar algún desequilibrio en su cuerpo creamos
con él un vínculo emocional, masajeándole con cariño y atención le dedicamos
tiempo, le enseñamos a confiar en él y en que se puede curar por sí mismo. Lo cual le proporciona seguridad y confianza,
le transmitimos cariño, consuelo y amor.
La reflexología potencia el
sistema inmunológico, con los cual se previenen enfermedades y se favorece la
rápida recuperación de procesos infecciosos. Aumenta las defensas de los
sistemas respiratorio, circulatorio y digestivo.
Ayuda al niño a relajarse y
conciliar el sueño y que éste sea largo y reparador.
Los trastornos más comunes de
nuestros peques, cólicos de lactante, estreñimiento, gases, diarreas, asma,
bronquitis, sueño inquieto, alergias, otitis, resfriados, eneuresis, etc.,
pueden ser tratados satisfactoriamente con esta terapia.
En nuestras manos tenemos una
gran herramienta, para la salud de nuestros hijos, y siempre la llevamos
encima.
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