Según la Asociación de Psicólogos Americana (APA), la hipnosis es un procedimiento durante el cual “un profesional de la salud sugestiona a su cliente, lo que hace que este último experimente cambios en las sensaciones, percepciones, pensamientos o comportamientos”.
La mayoría de los tratamientos basados en hipnosis incluyen sugerencias para la relajación, calma y bienestar. Instrucciones para imaginar o pensar experiencias agradables. Al contrario de lo que mucha gente piensa, los pacientes no pierden la conciencia ni el control. Los pacientes responden a la hipnosis de diferentes maneras, algunos la describen como un estado de atención concentrada, en la que se sienten muy tranquilos y relajados. La mayoría de las personas describe la experiencia como muy agradable.
La hipnosis no es una técnica que se pueda usar con cualquier persona, ya que requiere de cierto grado de capacidad para ser influenciado, para ello hay que evaluar previamente el nivel de sugestionabilidad del paciente. Igualmente debe de aplicarse cuando la persona quiera cambiar, pues de nada sirve que uno lo intente sin querer lo de verdad, ya que el éxito de ésta está basado en la voluntad de la persona.
La hipnosis no es un tratamiento en sí mismo, sino que es un procedimiento que puede ser utilizado para facilitar otros tipos de terapias y/o tratamientos incrementando su eficacia.
La hipnosis es efectiva en el tratamiento de múltiples afecciones (dolor crónico, depresiones, ansiedad, enfermedades de la piel, adicciones como el tabaco o el alcohol, sobrepeso, etc.).
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